Resumen
Las anteriores son las preguntas iniciales que dan pie a esta investigación, con la intención de responder de alguna manera al paradigma arquitectónico funcional de la actualidad.
El funcionalismo que tiende a dejar de lado al ser humano es algo que sucede en todos los niveles de la humanidad y, por ende, en la arquitectura. Entonces, el trabajo toma como punto de partida la intención de ‘reenchantar’ la arquitectura con el ser humano en su sentido más esencial.
El filósofo alemán Martin Heidegger conceptualiza al ser humano como el Dasein que está arrojado en la tierra y habitándola poéticamente. También agrega que el construir sucede después de ese habitar.
Este arrojamiento se da en lo que el arquitecto y teórico Christian Norberg-Schulz define como el espacio existencial, en donde habita poéticamente y es este espacio el que le permite tener una identidad colectiva ligada a la experiencia del lugar.
El cantón de Grecia en Alajuela es el sitio en donde se lleva a cabo el experimento de una arquitectura en función del espacio existencial y habitar poético, en este caso, de los habitantes del cantón. Los cuales han ido perdiendo su identidad con el paso de las generaciones pero que aún conservan rasgos tangibles e intangibles que les dan un sentido de pertenencia como la iglesia metálica y el parque central del distrito Grecia, así como la identificación con la naturaleza, la producción de caña de azúcar y café.
Desde esa generalidad se pasa, por medio del proyecto, a la especificidad del ser, a su espacio perceptivo, el cual le es propio, es subjetivo, y es esencial para su identidad individual como persona. Para que tenga significado, las percepciones deben estar referenciadas en el espacio existencial, en este caso Grecia, y con esto emocionar y conmover al espíritu mediante el espacio.
Esto es lo que llamó el Arquitecto Tadao Ando: la espiritualidad de la arquitectura y el ser.