Resumen
El territorio, como contenedor físico de un [eco] sistema, en el cual se generan dinámicas entre seres humanos, naturaleza y entorno construido, permite una configuración natural según las necesidades de los seres que lo habitan. Cuando esta configuración responde más a intereses políticos e históricos que a las necesidades de sus habitantes, se generan fenómenos de fragmentación y segregación que afectan las dinámicas sus habitantes. El límite, en este contexto, visibiliza estos fenómenos, transformándose en un elemento central para la articulación tanto física como social del territorio.
A partir de esta premisa surge el interés por comprender la manera en que los fenómenos de fragmentación espacial y segregación social se ven evidenciados en el territorio que converge entre Alajuelita y Escazú, sector quebrada Herrera. Las relaciones existentes entre los habitantes de estas comunidades se han visto limitadas por diversos factores: la discontinuidad física del territorio, estigmas e imaginarios sociales y la exclusión.
La reconceptualización del límite como eje central de esta propuesta, plantea la transformación del recurso natural existente en un componente primordial para el funcionamiento equilibrado del territorio. Específicamente, propone la quebrada Herrera como el elemento articulador e integrador dentro de este ecosistema.
Tanto la investigación como la propuesta se realizan desde el enfoque de la Biomimética. El objetivo es diseñar un proyecto de carácter urbano-arquitectónico, que incentive la integración y articulación socio-espacial del territorio.